El Padre Mario y los pinceles del alma
En esta anécdota hemos recogido la relación que tenía el Padre Mario con sus amigos pintores: Raúl Soldi y Vito Campanella y las obras que han donado a la Obra
Aquellos salones llenos de gente en la casa de Artigas, Mariano Acosta y las largas filas de personas en los jardines de González Catán, desde las tres de la mañana, formaban parte del día a día que rodeaba al Padre Mario. Era la sobrecarga que el Padre soportaba con entereza debido a sus dones. “Mario es un ser que vive agobiado por las obligaciones que él mismo se ha impuesto”, solía decir su amigo Raúl Soldi. El maestro Raúl Soldi es uno de los grandes pintores argentinos, reconocido internacionalmente, responsable entre muchas obras, de los frescos que embellecen la cúpula del Teatro Colón.
Se conocieron una mañana de 1976 en la Capilla Cristo Caminante, recién inaugurada por el Padre. Soldi, impulsado por la curiosidad que Ernesto Sábato avivó, llegó intrigado por la leyenda del “cura de Pistoia”, una mezcla de incredulidad y admiración que crecía desde los 70. “Conózcalo, Raúl, le va a gustar. Mario Pantaleo no es un hechicero”, le aseguró Sábato una noche en Santos Lugares. Esa recomendación fue el detonante que llevó a Soldi hasta González Catán, donde, desde el primer encuentro, ambos compartieron una conexión inmediata.
La relación entre ellos floreció rápidamente. A tal punto que Soldi, impresionado por la labor social del sacerdote, se ofreció a pintar dos ángeles para el altar de la iglesia.
Unos años más tarde, pintó la obra “Nuestra Señora del Hogar”. En los lazos de esta maravillosa pintura se aprecian gestos de entrega: Caridad, Fe, Amor, Sosiego, Paz, Bondad y Cariño.
Aquello marcó el inicio de una amistad profunda que duraría 16 años, hasta el fallecimiento del padre en 1992. Durante esos años, no solo compartieron ideas sobre arte, sino también largas charlas sobre las angustias de la vida y los sueños que ambos experimentaban.
Por algún motivo profundo, la pintura ejercía sobre el Padre Mario un magnetismo poderoso. Raúl Soldi y Vito Campanella fueron sus amigos artistas.
Vito Campanella nació en 1932 y en los años ‘60 se instaló en nuestro país. Fue discípulo de Salvador Dalí y se lo considera uno de los pintores más destacados dentro del movimiento surrealista. También él compartió con el Padre una relación especial. Se conocieron en 1974 cuando Campanella, curioso por el “cura de los milagros”, decidió visitarlo en González Catán. Aunque el encuentro inicial fue breve, años después se reencontraron y forjaron una conexión que duraría hasta el final de la vida del sacerdote.
En una de sus últimas conversaciones, Campanella recordó cómo el Padre Mario lo guiaba por los distintos edificios de su Obra, hablándole con orgullo de cada rincón. “¿Usted cree en el Paraíso?”, le preguntó Vito casi al despedirse un mediodía. El Padre, con su habitual mirada profunda y una sonrisa socarrona, respondió: “Si estás pensando en el Paraíso según te lo contaron los curas, no, no creo en eso. Para mí, tú te haces paraíso. “También nosotros seremos reconocidos por nuestra historia, por nuestro paraíso. El paraíso que seré en el cielo será el que haya construido en la tierra. A la hora de ser juzgado, Dios medirá cuánto amor le he dado a Él y a mis semejantes. Solo eso determinará mi entrada o no a los cielos”. (homilía del Padre Mario)
Ese mediodía, mientras recorrían el Polideportivo que apenas comenzaba a construirse, los ojos de Mario se llenaron de tristeza. “Esto me preocupa”, confesó en voz baja, “todavía le falta mucho. Y a mí me queda poco tiempo”. “¡Por favor, Mario, no diga eso!”, respondió Campanella. Esa conversación quedó marcada en la memoria del pintor, quien, conmovido por lo que la figura de la Virgen representaba para el Padre Mario, decidió pintar “La Madonna Cósmica” a toda prisa para regalársela. (Y también pintó los ángeles custodios del Mausoleo)
Desde entonces, Campanella no dejó de visitar al Padre cada martes, puntualmente, a las ocho de la mañana. Durante esos encuentros hablaban de pintura, literatura, religión y sobre todo, de la lejana Italia. Vito tuvo la oportunidad de regresar muchas veces a su añorada tierra, mientras que el Padre, atrapado por las responsabilidades de su obra, sólo pudo regresar pocas veces, siendo la última en 1992 poco antes de morir, sabiendo que su tiempo estaba llegando a su fin.
Gracias al compromiso y generosidad constante de Vito Campanella, en el 2011 se inauguró la 9º aula del Colegio Pantaleo Nivel Universitario.
En el video que está debajo Vito Campanella te invita a seguir junto a la Obra porque …
La Obra sos vos
Buenos días les cuento admiro profundamente al maestro Vito Campanella, el en vida me autorizó a recrear un cuadro de él realizando como escultura en la misma escala que el cuadro original, la obra se llama sin pescado concebido, es una recreación de Mari, José y él niño, además de otros personajes que forman parte de la obra, sería un onor poder donarla a éste lugar qué él maestro tanto quería, soy Ruben Dario Silva, mi celular es 1533821029
Traté de mandar la imagen de la obra de maestro Vito Campanella y la imagen de la mía pero no se como hacerlo