Estoy en la Obra desde que tengo tres años. Aquí comencé el jardín de infantes  y, en el año 2002 egresé del nivel secundario. Este año terminaré la Tecnicatura en Administración de Empresas, en el Instituto Superior.

Guardo hermosos recuerdos del Padre Mario. Siempre tengo presente  cuando nos visitaba en el jardín. Nosotros hacíamos la fila con alegría y nos daba la bendición uno por uno. El parecía muy serio, nos miraba y nos decía palabras muy cortitas. Tenía adoración por nosotros. En ese tiempo lo veíamos como un padre pero no tomábamos la dimensión de lo importante que era.

También recuerdo que él nos visitaba en la escuela primaria, que en aquél tiempo era de doble jornada. Se sentaba para almorzar con nosotros. Tomaba su sopa en silencio y parecía no importarle el bochinche que hacíamos los chicos. Era el año 91 y 92 y  ya se encontraba muy enfermo.   

Luego de terminar la secundaria estuve dos años sin venir a la Obra, y por sugerencia de una profesora me inscribí en la Tecnicatura en Administración de Empresas del Instituto Superior. Me había aconsejado hacerlo para tener una rápida salida laboral. Y fue así. A partir de entonces comencé a realizar pasantías, siendo  parte del equipo de la santería del museo que recibe a los  peregrinos.

En el año 2008 comencé a trabajar en el área educativa, que se encarga de la  administración de los institutos de la Obra y la liquidación de sueldos del personal docente. Gracias a la generosidad de mis compañeras incorporé conocimientos que me permiten desempeñarme de la mejor manera en este sector. Hacemos nuestras tareas en un hermoso clima laboral. Prácticamente este lugar es mi vida, paso muchas horas aquí y siento a la Obra del Padre Mario como mi segunda casa.