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Padrinazgo | 5 trayectorias y realidades gracias a ellos

El Programa de Padrinazgo cumple 21 años y a lo largo de ese tiempo, más de 1700 personas eligieron ser parte para acompañar las trayectorias de más de 1600 chicos, chicas y adolescentes.

Esta iniciativa solidaria hace posible que los ahijados y ahijadas tengan una oportunidad real para participar en un espacio en el que se potencian sus fortalezas y esperanzas, para pensar en que es posible tener un futuro mejor.

Para ello, trabajamos en el compañerismo, el cuidado, el desarrollo de las potencialidades y conocimientos, con alegría y amor.

La mejor manera de dimensionar el verdadero impacto del programa es a través de historias de trayectorias de jóvenes que crecieron y que se llevarán consigo valores, experiencias, oportunidades, como dijo el Padre Mario: “Y estos niños serán mañana aquellos que llevarán dentro de sí lo que hoy viven en este lugar. Eso no se borra más, no se borra más. Es una impronta que queda en el alma de cada uno.”

Tiziano y Francisco Cáceres

Ellos participan en el Centro Educativo La Huella desde que cumplieron 6 años. Tiziano, el más grande, comenzó en 2011 y Francisco, en 2014.

Tiziano permaneció durante 10 años en La Huella, donde disfrutó con gran entusiasmo de todas las actividades y talleres. Allí, en la Obra, ambos hermanos crecieron, aprendieron, jugaron, y recibieron contención y cariño.

Además de participar en las diversas propuestas deportivas y recreativas, entre ellas, apoyo escolar, para reforzar sus trayectorias educativas, se encontraron con el tenis de mesa, o el tenis de mesa los encontró a ellos… Es que Tiziano y Francisco subieron al podio en numerosas oportunidades y afianzaron su confianza para creer en que pueden proyectar y alcanzar nuevos objetivos con práctica, disciplina y trabajo en equipo.

Cuando Tiziano finalizó su recorrido en La Huella, inició su camino en la Pre Plaza para aprender a cocinar. En las colonias de verano y de invierno, era uno de los encargados de preparar las comidas junto a otros compañeros, con la guía de docentes.

Candela y Katherine Leguizamón

Candela y Katherine también formaron parte del Centro Educativo La Huella, un espacio que significó para ellas una oportunidad de contención y cuidado, de encuentro con otros niños y niñas para generar lazos de compañerismo y aprendizaje.

Iniciaron juntas esta experiencia en 2013. Participaron en talleres de dibujo, apoyo escolar y tenis de mesa.

Tanto para Candela como Katherine, el Ping Pong significó más que un deporte porque les abrió puertas para acceder a numerosas competencias en la Obra y en otras instituciones. Tal es así, que ambas participaron en torneos interescuelas y Candela logró una beca en la Federación Tenis de Mesa de Buenos Aires y el Conurbano. Actualmente, ella es una de las entrenadoras de La Huella y, además, se encuentra cursando el Profesorado de Educación Física.

Solange Pokorny

Desde el año 2013, Solange es ahijada del Programa Padrinazgo UnoxUno y comenzó a participar en las actividades del Centro Educativo La Huella. Allí, buscaba incursionar en un hobby, pero fue donde encontró su gran pasión: el Tenis de Mesa.

“La Huella me abrió muchas puertas: me acercó al tenis de mesa, pude viajar representando a la selección argentina, conocer este deporte tan lindo y en el que hay mucho compañerismo y empatía.”, expresó Solange, que también llama a la Obra como “mi segunda casa” porque es el lugar en el que la acompañaron y le dieron herramientas para alcanzar sus metas.

Su trayectoria incluye haber ganado torneos nacionales e internacionales. Gracias al programa, pudo hacer realidad su sueño: convertirse en una deportista de alto rendimiento y ser hoy, quien transmite la pasión por el ping pong a los más pequeños que sueñan como ella.

Los comienzos del Programa Padrinazgo

El programa de Padrinazgo inició en 2002, cuando en Argentina se vivía una profunda crisis económica. “En esa época, la Obra del Padre Mario comenzó un proyecto de cooperación con AVSI, una organización italiana que acercó su ayuda a través de la iniciativa Sostén a Distancia (SAD), que permitía que niños y jóvenes fueran apadrinados por italianos”, comentó Cintia Petrarca, directora del Área Comunidad.

Desde la Obra también se pensó cómo abrir un camino para ayudar a las familias: “En la cena anual de recaudación de fondos, que se celebró un 4 de septiembre de 2002, se les propuso a los presentes ser parte del programa de Padrinazgo, similar al que desarrollamos con AVSI. Así fue como 39 personas se sumaron y nació UNOXUNO, que hoy ya cumple 20 años.”, agregó Cintia en el encuentro de celebración del 20° aniversario del programa de Padrinazgo.

Seguimos trabajando incansablemente para que esta iniciativa solidaria continúe construyendo vínculos que permanecen y trascienden entre quienes eligen apadrinar y quienes necesitan que se les tienda una mano. Ello hace posible que niños, niñas y adolescentes tengan un acompañamiento mayor y una oportunidad real de desarrollo, afecto, un mejor presente y futuro, en medio de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran.

Para más información del programa: déjanos tus datos aqui