Donaciones

Para dar una mano en la generación de trabajo, en la Obra del Padre Mario funciona el Banco Popular de la Buena Fe –el “Banquito”- permitiendo a más de 400 personas acceder, mediante microcréditos, a conocimientos y herramientas concretas que sirven como aporte para la concreción de diversos emprendimientos.

El “Banquito” es parte de un programa del CEPAS (Centro de Promoción y Asistencia Social de la Obra del Padre Mario) que permite que las personas sin acceso a créditos tradicionales puedan comprar insumos para su proyecto laboral.

Allí cuentan con el asesoramiento de un equipo integrado por Silvina Salvatierra, Natalia Rodríguez y la Lic. Yanina Hidalgo, coordinadora del Banco Popular de la Buena Fe. Así, el microemprendedor puede desarrollar una actividad productiva, siendo orientado en cada etapa:

“Aquí los asesoramos sobre cómo encarar las ventas, compartimos ideas y socializamos experiencias sobre los proyectos productivos que desarrollan los emprendedores. También los guiamos en los aspectos organizativos del negocio. En definitiva, transformamos las ideas en acciones concretas que tienden al bien común”, explica la Lic. Hidalgo.

Testimonios

María Cristina Magnani cuenta su buena experiencia gracias al “Banquito”: “Empecé a producir milanesas y matambres de pollo. Y como me fue bien pude alquilar un local. Y hoy, tres años después del primer crédito que pedí, me estoy convirtiendo en distribuidora”.

Hay numerosas historias de gente que ha podido superar momentos muy difíciles. Norma Raquel Cordero vendía ropa interior femenina, casa por casa, para mantener su hogar. Pero tuvo que ocuparse de cuidar a su madre y comenzó a perder clientas. Se emociona cuando lo recuerda: “mi mamá enfermó, no pude seguir trabajando y quedé en quiebra, estaba económicamente, muy mal… Muy mal… Hasta que vine a la Obra del Padre Mario y encontré una solución a mis problemas. Me cambió completamente la vida porque tengo seis chicos que mantener y no podía. Acá encontré amistad, comprensión. Una vez me asaltaron, vine, les expliqué y tuvieron comprensión en los pagos. Además, asisto a todas las reuniones y cursos de venta que me permiten desarrollar mi trabajo. Siento que esta es mi casa.”

“Yo ya conocía la Obra porque tengo diez hijos y todos tomaron la comunión acá. No sé cómo hice para criarlos a todos pero acá siempre encontré una mano” dice con orgullo Leonida Segovia. “Con el “Banquito” pude iniciar mi negocio comprando telas. Una de mis hijas estudió costura y producimos todo tipo de ropa. ” Hasta que llegó a la Obra del Padre Mario, la vida de Leonida era muy distinta: “Hacía tareas de servicio doméstico. Recuerdo que una fábrica textil en Villa del Parque regalaba todos los recortes, yo me iba hasta allí, traía todo y hacía ropa con una máquina a pedal y salía a vender. Era una especie de changa. Ahora tenemos distintas máquinas y vamos a comprar una nueva. Tenemos nuestro local y dejé de trabajar en casas de familia después de más de treinta años.”

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