Atención al PeregrinoPadre Mario
Misa oficiada por el obispo de Laferrere, Mons. Gabriel Barba, durante la celebración del 101º aniversario del nacimiento del Padre Mario.

Misa oficiada por el obispo de Laferrere, Mons. Gabriel Barba, durante la celebración del 101º aniversario del nacimiento del Padre Mario.

Homilía del Obispo de Laferrere, Mons. Gabriel Barba, en la Santa Misa que ofició el pasado 6 de agosto durante la celebración “La Comunidad Hace”, en conmemoración al 101º aniversario del nacimiento del Padre Mario Pantaleo.
“Así es la vida de la iglesia, un pueblo que camina junto, quizás uno más débiles y otros más fuertes. La iglesia es el cuerpo de Cristo. Cristo es la cabeza y nosotros somos sus miembros. Por eso aquí se plantea una cuestión muy importante. La iglesia no es una mera organización social. Nos equivocamos si entendemos a la iglesia como un grupo de personas que se organizan para hacer cosas. En la iglesia encontramos el cuerpo mismo de Cristo. Somos nosotros mismos. Por eso es que siento que hoy me voy lleno de Dios al ver la gente rezar y que aumenta y que sostiene su fe.
¿Y qué traemos hoy acá? Traemos un montón de intenciones que solo Dios conoce. Dios es el que sabe qué hay en los corazones de cada uno de ustedes: en algunos habrá dolor, en otros habrá temor, en otros habrá acción de Gracias, en todos hay esperanza sino no estaríamos acá, con ese dolor, con ese miedo, con esa acción de Gracias por ese don recibido.
¿Y quién nos convocó hoy acá? Un puente que se llama Mario. El Padre Mario es un puente que nos tiene que llevar a Cristo. Porque no nos tenemos que quedar en el Padre Mario, porque su compromiso fue llevarnos a Cristo a través de nuestras intenciones. Estamos acá para recibir a Jesús y acercarnos a Él desde la esperanza que se consolida en la fe de los sencillos. Nosotros por intercesión del Padre Mario, por esta obra que dejó queremos llegar a Cristo. Para ello tenemos que tener fe, tenemos que ser mujeres y hombres de Dios y ser mejores cristianos.
Esta mañana vinimos a llenarnos de Dios, a alimentarnos de Él.”